Nacho Fernández llegó a River con grandes expectativas por ambas partes, y más todavía después del excelente verano que hizo. Sin exagerar, fue el mejor jugador del Millo en el mes de enero. Su nivel decayó con el correr de los partidos, se lo vio nervioso, impreciso e ineficaz a la hora de tomar decisiones.
Pese al mal momento, Nacho estaba jugando bien ante el Sabalero, pero con la salida de Lucho González tuvo que retrasar su posición y colocarse al lado de Nico Domingo. Ya con una amarilla por una patada a Sperdutti en el primer tiempo, quedó totalmente expuesto, en una posición donde se sabe que el rose es cosa de todos los días.
Vio la segunda amarilla por cortar un avance importante del local y dejó al equipo con 10, desde ahí, Colón metió 2 goles más en 5 minutos y liquidó el partido. Tal vez, ponerlo de 5, teniendo ya una amarilla, no fue la mejor decisión de Marcelo Gallardo pero el jugador sabe que tiene una amarilla y debe cuidarse más en ese tipo de jugadas.
Tomás Medrano
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